La textura de un papel es un elemento diferenciador. Cada trabajo, proyecto o diseño suele estar directamente relacionado con un tipo de papel y puede reflejar un valor, proporcionar personalidad y estética al producto y afectar a la calidad de textos e imágenes. Por todo esto, la elección del papel es una decisión importante en el proceso de producción gráfica.
A la hora de elegir un papel habrá que tener presentes una serie de aspectos:
- La imagen o sensación que queremos que nuestro producto impreso refleje: las cualidades ópticas y táctiles del papel pueden despertar diferentes sensaciones en el receptor. Un papel blanco y suave por ejemplo puede darnos una sensación de pureza o limpieza.
- El uso que se le dará al producto impreso y su durabilidad: el papel deberá ser más o menos resistente dependiendo del uso final del producto impreso.
- La legibilidad y calidad de imagen: conseguir más contraste o menos entre tinta y papel dependiendo de si la importancia reside en la imagen o en el texto. Cuanto más contraste el impreso tiene más posibilidades de causar fatiga ocular.
- El tipo de impresión: cada sistema de impresión requiere de un papel con unas características específicas para lograr un buen resultado final. No será lo mismo un papel para impresión en offset, en digital o láser.
- Los acabados, como las huellas en seco, stampings y troquelados, pueden afectar a la hora de elegir el tipo de papel y gramaje, siendo importante un buen conocimiento de estos para conseguir un óptimo resultado final.